domingo, 26 de abril de 2009

La verdadera piedad

Llamo piedad a una reverencia unida al amor de
Dios, que el conocimiento de Dios produce. Porque
mientras que los hombres no tengan impreso en el
corazón que deben a Dios todo cuanto son, que son
alimentados con el cuidado paternal que de ellos
tiene, que Él es el autor de todos los bienes, de
suerte que ninguna cosa se debe buscar fuera de Él,
nunca jamás de corazón y con deseo de servirle se
someterán a Él. Y más aún, sino colocan en Él toda
su felicidad, nunca de veras y con todo el corazón se
acercarán a Él.

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