martes, 15 de septiembre de 2009

Prosperidad y sus factores REALES


POR: Edgar Ramírez

Maestro de Escuela Dominical


PROSPERIDAD MATERIAL


Según los parámetros bíblicos, el éxito material o abundancia de bienes materiales en contexto de bendiciones de Dios; depende exclusivamente de dos aspectos indispensables, que generalmente los conoceremos en los siguientes puntos.


FIDELIDAD DEL CREYENTE


PRIMERO: La fidelidad del creyente para con Dios. Desde luego esta fidelidad no se limita únicamente a ofrendar o diezmar; de ser así no tiene sentido que la gracia de Dios sea general para cualquier tipo de persona, independientemente que tenga los recursos para hacerlo o no.


Pues de lo contrario la fidelidad a Dios se limitara a quienes pueden ofrendar o diezmar, y si fuera así todos los que no pueden ser fieles económicamente quedarían fuera de ser fieles. Mientras que si revisamos el contexto bíblico encontraremos todo lo contrario; no me refiero a que a los que no sean fieles con sus contribuciones sean los fieles, sino que me refiero a que la biblia no enseña que la fidelidad a Dios se exteriorice exclusivamente a través de nuestros donativos económicos, pues en un sin numero de citas bíblicas encontramos que de nuestros ingresos es de donde podemos serle fiel a Dios en este sentido, no de lo que no tengamos, es decir no de lo que Dios no nos haya permitido alcanzar. Por lo tanto si no tenemos de donde echar mano a la hora de ofrendar o diezmar no significa que por este hecho seamos infieles.


Desde luego uno de los problemas de la teología orientada a la prosperidad es que su enfoque lo fijan en el aspecto económico y en este sentido como si se olvidara que la biblia marca parámetros específicos para contribuir, pues por ejemplo todo el contexto bíblico enseña que las contribuciones de deben hacer espontáneamente en un acto de agradecimiento por la fidelidad que Dios nos muestra por medio de las bendiciones que nos provee.


Nunca la biblia enseña que debemos colaborar con el animo de alcanzar ganancias divinas es decir lucrar; simplemente porque Dios no es una especie de banco en el cual depositamos para obtener altos intereses. Los dones o bendiciones que Dios concede nos son fruto de esfuerzos materiales u obras, porque nunca podríamos pagar un favor de Dios. Dios simplemente por su enorme gracia de alguna manera recompensa los actos de fidelidad que podemos realizar independientemente que hablemos de ofrendar o diezmar, ya que esto lo único que constituye es parte de las distintas formas en las que podemos ser fieles, centrarnos únicamente en esto, es perder de vista todo lo que Dios demanda de su pueblo.


Por regla general fijar nuestros ojos en la teología de la prosperidad, es fijar los ojos en lo que podemos recibir a cambio de nuestros aportes, como si el dar dinero fuera el único motivo que hiciera que Dios nos pudiera mostrar su mano de gracia en las bendiciones que nos pudiera dar. Y al manipular esta enseñanza significa que los que terminaran siendo prósperos son aquellos que reciben las dadivas de los feligreses.


Limitar la fidelidad del creyente a sus donaciones económicas es una de las mayores trampas que usan los vividores de la fe para lucrar con ella.


Por otro lado la Biblia expone que ser fiel para con Dios no implica estar al día con nuestras aportaciones, desde luego es importante sostener nuestros ministerios con colaboraciones voluntarias, no forzadas; Dios no coacciona a nadie únicamente nos exhorta a bendecir los ministerios de Dios y en retribución él abrirá las puertas de los cielos para bendecir al dador alegre no al dador con el animo de lucrar, o salir de un problema económico y con ese sentimiento acercarse uno a Dios y pretender alcanzar un favor por nuestro aporte. Es perder de vista que la gracia es un favor inmerecido, es decir no se puede ganar o pagar con nada material, únicamente es fruto el puro afecto de Dios para con sus hijos. A todo esto en ninguna parte de la Biblia dice que al colaborar con cierta cantidad de dinero, él nos valla a retribuir una cantidad superior a la que dimos, ni tampoco podemos creer que bajo la condición que el dar sí ÉL me da el doble o triple, vaya ha ser algo agradable a Dios. A ÉL no lo mueve lo económico, simplemente porque Dios no es un negociador de dadivas, no lo podemos reducir a tal cosa, eso es una seria herejía.


PREMISA FALSA


Dios esta obligado a recibir todo a lo que nosotros le llamemos ofrenda


Ser fiel es mucho mas que aportar; en realidad es luchar por llevar una vida justa y temerosa delante de Dios en fe y amor, reflejado en el compromiso de atender la voluntad de Dios por medio de su palabra, y esta es la principal razón para ser prosperados en todo, no únicamente en el aspecto económico, (existen muchos textos que siguen esta enseñanza)


Ningún pacto u otro tipo de negocio con Dios en este contexto (prosperidad) le quitara las verdaderas razones importantes y que hace que Dios bendiga a sus hijos.


Solo mencionare uno de los ejemplos mas claros para comprender el tema: (I Reyes 3:3-14) Salomón cuando tiene la oportunidad de pedirle a Dios lo que él quisiera, ya que Dios le prometía que se lo daría; imaginémonos que hubieran sido uno de tantos vividores de la prosperidad los que hubieran tenido esta gran oportunidad; ¡sabe Dios que grandezas hubieran pedido! Sin embargo Salomón reconocía lo que significaba desempeñar una responsabilidad permitida por el mismo Dios es decir el gobernar a Israel; por lo tanto Salomón busca primero alcanzar en Dios la respuesta que le permitiera servir correctamente (sabiduría; aunque en sus últimos días sus convicciones tambalearon)


El punto es que Salomón buscaba primero agradar a Dios en primer lugar con un servicio de excelencia, es decir buscaba el reino de Dios y su justicia; y apartir de que Dios se da cuenta que las intenciones de Salomón en cuanto a lo que pedía no era egoísta o ambicioso por el dinero y su propio bienestar.


En retribución no solo lo colma de sabiduría sino también de riqueza material, y en gran manera. Cuando nos esforzamos en servirle a Dios con un corazón limpio, sin duda vendrán prosperidades. Es fácil darse cuenta que sí abrimos nuestro corazón por hacer la voluntad de Dios y buscamos su reino y justicia, las bendiciones vendrán como añadidura o estarán incluidas en el mismo paquete Mateo 6:33.


Pero si envés de buscar el reino de Dios y su justicia, buscamos primero las añadiduras, allí estamos cayendo en apostasía (falta de apoyo bíblico)


Josue 1.7; Mateo 6.33; II Crónicas 31.21; Salmo 1.3; sin mencionar una gran multitud de versículos que al examinarlos detenidamente todos son coherentes y ninguno de ellos esta fuera de contexto, o entorno particular en el que se determina una doctrina en base bíblica.


DILIGENCIA DEL CREYENTE


Proverbios 13.4 SEGUNDO: Quien es diligente también es prosperado, jamás un perezoso sin producir más que ocio para si mismo en un estado de inactividad, alcanzara prosperidad. En este sentido toda la biblia nos insta a ser diligentes en toda la extensión de la palabra; pues como el mismo apóstol Pablo exhorta él que no trabaja que no coma, II Tesalonicenses 3.10


Nuestra fe se fundamenta en un objeto de fe, por lo tanto los frutos de nuestra fe deben ser concretos, no podemos pretender que sin ser personas productivas, del cielo nos van al llover los bienes que satisfagan nuestras necesidades; es por esa razón que la filosofía cristiana esta orientada al libre economia, siendo que muchos factores son compatibles.


CONCLUSION


No todo lo que brilla es oro Mateo 24.24 muchas señales aparentemente harán pensar que los milagros financieros que proclaman los de la prosperidad son verdad, sin embargo debemos ser cuidadosos con algunos milagros que hagan pensar que estos vividores tengan razón; no me aparto que en algún momento Dios es su soberanía pueda tener misericordia y en vista que muchos muestren una fe genuina, Dios le pueda ayudar en sus problemas financieros; pero antes de todo a pensar y cotejar las enseñanzas bíblicas, con los supuestos milagros, porque si analizamos todas estas pseudo doctrinas una de sus características principales es que son incoherentes con la Biblia.


Yo no creo ni la biblia enseña, que por ser malos administradores de los bienes que Dios nos conceda, y que por causa de malas decisiones en cuanto a la administración finacienra, Dios tenga la obligación de sacarnos de aprietos en los que nosotros mismos nos hallamos metido.


A Dios le encanto la actitud de Salomón, Dios le concedió sabiduría para administrar al Pueblo de Israel, solo falta pedirle también sabiduría para conducirnos correctamente en la vida, y no terminar siendo victimas de nuestras propias estupideces.


La libertad con la que Dios nos creo también admite que Dios permita que nosotros enfrentemos las malas consecuencias de nuestros actos y decisiones; por lo tanto no debemos cuestionar la fidelidad de Dios; es simplemente

aprender de los errores. Y para aprender de ellos; un padre sabe que tiene que dejar que sus hijos atraviesen por las consecuencias de sus actos y decisiones imprudentes.


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