sábado, 17 de octubre de 2009

DOS EXPLICACIONES DEL ORIGEN DEL UNIVERSO Y LA VIDA II

En esta oportunidad quiero compartir la segunda parte de un curso basico sobre temas importantes para el creyente. Este curso fue desarrollado por Apologeticspress, y desde luego lo considero de gran calidad e importancia.

Nota: Si alguien quisiera desde ya todo el curso, unicamente se tienen que comunicar con migo, y con gusto les hago llegar el curso completo, incluyendo evaluaciones de todo el material, y si no buscan en la pagina de Apologeticspress, en el area de cursos autodidacticos.


CREACIÓN VS. EVOLUCIÓN— [PARTEII]


En la lección 5, analizamos la idea de que la creación es una explicación científicamente aceptable para el origen del Universo. En esta lección, examinaremos la presunta “sucesión” de la evolución, tanto como la evidencia que documenta por qué el concepto de la creación es mucho más consistente con la ciencia verdadera que la idea de la evolución orgánica.


¿ES LA EVOLUCIÓN UN HECHO DE LA CIENCIA?


Cuando hablamos del origen del Universo y de aquellas cosas en éste, no podemos hablar como testigos oculares u observadores de primera mano ya que ninguno de nosotros estuvo presente. Por consiguiente, cualquier discusión científica debe estar basada en ciertas suposiciones, hipótesis o teorías fijadas después de los hechos. Una suposición es algo tomado por sentado, y representa un legítimo punto de comienzo para una investigación. Una hipótesis es simplemente una conjetura culta o una suposición tentativa. Una teoría es un principio general plausible o serie de principios que pueden ser usados para explicar cierto fenómeno y que es sostenida, a lo menos, con algunos hechos.


Muchos evolucionistas claman que la evolución ha sido probada, y por lo tanto debe ser enseñada no como una teoría, sino como un hecho. Por ejemplo, mucha gente hoy en día a lo menos ha oído los nombres de Francis Crick y James Watson, los dos científicos que compartieron el premio Nobel por su descubrimiento de la estructura Del ADN (la molécula dentro de cada célula viviente que porta la información genética). Varios años después de su descubrimiento, el Dr.Watson escribió un libro titulado The Molecular Biology of the Gene (La Biología Molecular del Gene) en el cual declaró: “Hoy en día la teoría de la evolución es un hecho aceptado”. Pocos años después, en la edición de agosto 23 de 1999 de la revista Time, el famoso evolucionista de Harvard, Stephen J. Gould dijo que “la evolución está tan bien documentada como cualquier fenómeno en la ciencia, tan firmemente como la rotación de la Tierra alrededor del Sol en vez de viceversa. En este sentido, podemos llamar a la evolución un “hecho” ¿Es la evolución un “hecho” de la ciencia? No, no lo es. Un hecho es definido como “un suceso actual” o “algo que tiene existencia actual”. Con esa definición de uso estándar en mente, considere lo siguiente.


La evolución no puede ser considerada un hecho porque está basada en un número de suposiciones improbables. Varios años atrás, un evolucionista bien conocido de Gran Bretaña, con el nombre de George Kerkut, listó atrevidamente no menos de siete suposiciones en su libro extensamente distribuido, The Implications of Evolution (Las Implicaciones de la Evolución).Las primeras dos suposiciones que listó fueron estas: (1) la generación espontánea debe haber ocurrido; y (2) la generación espontánea debe haber ocurrido solamente una vez.


La generación espontánea es la idea de que algo no-viviente dio origen a algo viviente—sin ninguna asistencia externa. Este concepto es justamente la base de la evolución orgánica, ya que los evolucionistas creen que cuando el Universo inicialmente comenzó éste estaba compuesto exclusivamente de hidrógeno (con quizás unos pocos átomos de helio). Para que la vida comenzase, ellos están forzados a concluir que aquellos químicos inorgánicos no-vivientes, “de algún modo” se tornaron en algo viviente. Pero ese “de algún modo” es un problema extremadamente difícil para el concepto de la evolución. Los científicos han tratado por siglos de documentar que esa generación espontánea puede ocurrir. Hasta la fecha cada sencillo intento no solamente ha fallado, sino que ha fallado miserablemente. Nadie jamás ha podido probar que algo no-viviente puede producir algo viviente. Por lo tanto, los evolucionistas simplemente “suponen” que esto pasó. Además, ellos suponen que esto pasó solamente una vez. Pero ¿por qué? Lo completo de la vida está compuesto de un código genético singular (el ADN del cual hablamos anteriormente). Ya que ese código es extremadamente complicado, y ya que es virtualmente el mismo en toda cosa viviente (con solamente variaciones menores), los evolucionistas están forzados a admitir que los eventos que lo produjo deben haber ocurrido solamente una vez. Sugerir que esto pudo haber pasado más de una vez—y que esto produjo exactamente el mismo código cada vez—sería ridículo. Nadie creería tal cosa—aún incluso los evolucionistas.


Existen dos problemas serios con todo esto. Primero, algo basado sobre una suposición nunca puede ser considerado un “hecho”. En el mejor de los casos, cualquier idea basada en una suposición permanece por siempre como lo que es—una suposición. No es posible, lógicamente, establecer un concepto sobre una suposición y luego aseverar que es un hecho. Ya que la generación espontánea es la base del todo de la evolución (obviamente, ¡usted no puede conseguir que algo evolucione si no puede conseguir, en primer lugar, que viva!), y ya que la generación espontánea es nada más que una suposición (porque no ha sido documentada científicamente, y toda evidencia disponible apunta en contra de ésta), entonces, la evolución no puede ser un hecho.


Segundo, como todo científico sabe, los eventos de una-sola-vez no pueden ser estudiados usando el método científico. ¿Por qué es este el caso? La ciencia usa los cinco sentidos (tacto, olfato, vista, gusto y el oído) para estudiar aquellas cosas que son universales, fiables y reproducibles. Eso simplemente significa que un científico que trabaja en Hong Kong puede hacer un experimento exactamente igual a un científico en la ciudad de New York. Si ambos usan los mismos métodos, ambos obtendrán los mismos resultados—hoy, mañana, el próximo año o dentro de diez años. Y sus resultados pueden ser repetidos una y otra vez. Pero los eventos de una-sola-vez no son ni universales ni fiables. Y, por definición, no pueden ser repetidos.


Los evolucionistas admiten que dos de las siete suposiciones improbables sobre las que está basada la evolución se centran en la idea de que la generación espontánea debe haber ocurrido, y que debe haber ocurrido solamente una vez. Esto significa que la evolución no puede ser un hecho científico. El Dr. Kerkut admitió:


[…] el intento de explicar toda forma viviente en términos de la evolución de una fuente única…es prematura y no sostenida satisfactoriamente por la evidencia del tiempo presente…La evidencia acreditativa permanece para ser descubierta… Nosotros podemos, si queremos, creer que tal sistema evolutivo ha tomado lugar, pero en mi caso no pienso que “esto ha sido probado fuera de toda duda razonable”.


Luego, después de tratar los varios aspectos de cada una de las siete suposiciones improbables en las cuales la evolución está basada, él observó:


El primer punto que me gustaría tratar es que estas siete suposiciones por su naturaleza, no son capaces de verificación experimental…La evidencia que las sostiene no es suficientemente fuerte para permitirnos considerarlas más que una hipótesis de trabajo.


La definición de uso estándar de un hecho es: un “suceso actual” o “algo que tiene existencia actual”. ¿Puede algún proceso ser llamado “un suceso actual” cuando el conocimiento del cómo, cuándo, dónde, cuál y por qué falta? Si alguien sugeriría que un rascacielos hubiera simplemente “pasado así por así”, pero que el cómo, cuándo, dónde, cuál, y por qué fueran completamente desconocidos, ¿estaría usted dispuesto a llamarle un hecho o una “aseveración improbable”? Preguntar es responder. Mientras lo mejor que los evolucionistas pueden ofrecer es una explicación insuficiente para el origen de la vida en el principio, un mecanismo igualmente inadecuado para la evolución de esa vida que de “alguna manera” comenzó por procesos naturalistas, y un record fósil lleno de “eslabones faltantes” para documentar su supuesto curso a través del tiempo, nosotros continuaremos llamando a su “hecho” simplemente una teoría (o, todavía mejor, una hipótesis). El torcer la definición de la palabra “hecho” es un pobre intento de parte de los evolucionistas para añadir credibilidad a una teoría que carece en absoluto de cualquier merito factual. Y no solamente son los creacionistas los que han hecho este punto. El biólogo molecular evolucionista bien conocido de Australia, Michael Denton, abordó este mismo punto en su libro de 1985, Evolution: ATheory in Crisis (Evolución: Una Teoría en Crisis). Después de admitir que jamás nadie ha documentado alguna evidencia para la supuesta “cadena de vida” guiando de una clase de criatura a otra, el Dr. Denton escribió: “El concepto de la continuidad de la naturaleza ha existido en la mente del hombre, nunca en los hechos de la naturaleza”. Trece años más tarde, en su libro de 1998, Nature’s Destiny (El Destino de la Naturaleza), el Dr. Denton escandalizó a todos cuando dijo:


Sea que uno acepte o rechace la hipótesis del diseño…no hay excusa para no concluir que luce como si el mundo hubiera sido entallado para la vida; parece haber sido diseñado. Toda realidad parece ser vasta, coherente, teleológicamente completa con la vida y la humanidad como con su propósito y su meta (énfasis en original).


Nosotros estamos de acuerdo con ambos enunciados del Dr. Denton. Los “hechos de la naturaleza” ciertamente no sostienen la evolución. Y el mundo, con mayor seguridad, “parece haber sido diseñado”. Incluso los evolucionistas admiten (aunque a veces, de algún modo, poco dispuestos) que el diseño implica un Diseñador. Entonces la pregunta llega a ser: ¿Quién diseñó el Universo? Desde luego que no fueron esos padres míticos, “Padre Tiempo” y “Madre Naturaleza”. Ellos no poseen la habilidad de “diseñar” algo. Incluso donde quiera que miremos, en el mundo alrededor nuestro, vemos evidencia de la más compleja clase de diseño—desde nuestro masivo Universo hasta las diminutas células de las cuales somos hechos. Dios— no la evolución—es responsable. Ese es el “hecho” más impresionante que conocemos.


ARGUMENTOS COMPARATIVOS EN EL CASO DE LA HOMOLOGIA


Uno de los argumentos más impresionantes para la teoría de la evolución es provisto por la evidencia de las ciencias comparativas— anatomía comparativa, fisiología comparativa, citología comparativa, bioquímica comparativa, etc. Ya que los científicos han trabajado en estos varios campos, y han aprendido a comparar un organismo con otro, han establecido similitudes básicas entre ciertos grupos. Cuando los científicos hacen comparaciones de las partes de los organismos, comúnmente hablan de estructuras que son estructuras homólogas (similares en apariencia, como opuestas a aquellas que son análogas, o similares en función), sugiriendo que estas estructuras particulares atraviesan por etapas similares de desarrollo, que tienen accesorios similares, etc.


El mismo Charles Darwin pensó que el argumento de la homología fue una de las pruebas más grandes de su teoría. Él escribió: “Hemos visto que los miembros de la misma clase, independientemente de sus hábitos de vida, se parecen a otros en el plan general de su organización… ¿No es poderosamente insinuante de la relación verdadera, de la sucesión de un antepasado común?” Es verdad que, a primera vista la ascendencia de un antepasado común parece ser un argumento muy lógico—una idea que parece tener mucho sentido. Después de todo, ¿no es así como explicamos tales similitudes como el hecho de que hermanos y hermanas lucen más parecidos que los primos? Y ¿porqué es este el caso? Porque ellos tienen padres más cercanos en común. Los evolucionistas tienen una impresionante serie de datos a su disposición. Ellos están prontos a señalar que el ala del murciélago, la pata delantera de la tortuga, la pata delantera de la rana, y el brazo del hombre tienen la misma estructura general. Los evolucionistas también denotan, correctamente, que la pata delantera del perro, la aleta de la ballena, y la mano del hombre contienen esencialmente los mismos huesos y músculos. En tiempos más recientes, estos argumentos han sido llevados incluso al nivel molecular mientras los científicos comenzaban a comparar las similitudes en los grupos sanguíneos, la composición del cito cromo C, las enzimas, el ADN celular, y una multitud de otros grupos moleculares. Por ejemplo, ha sido anunciado que el chimpancé y el ser humano tienen ADN que es similar en el 99% del tiempo.


¿Qué es lo que los creacionistas responden a todo esto? ¿Existen las similitudes? Y si es así, ¿es la explicación de los evolucionistas la correcta que calza los hechos del caso? Primero, vamos a ver como los creacionistas no responden a este argumento. Los creacionistas no niegan las similitudes; éstas sí existen. Los creacionistas no son ignorantes de la existencia de tales similitudes. Sin embargo, están aquí, tanto que puede aprenderse una lección extremadamente valiosa en la controversia de la creación/evolución. Esta lección es que: raramente son los hechos los que están en disputa; en cambio es la interpretación sentada sobre los hechos la que está en disputa.



En el caso de las similitudes básicas, si en el nivel anatómico o bioquímico, no hay propósito útil para negar que tales similitudes existen. Tanto los creacionistas como los evolucionistas tienen acceso a los mismos factores. Sin embargo, el evolucionista mira la información y dice que la similitud es prueba de un antepasado común. Por otra parte, el creacionista examina la información y sugiere que la similitud es evidencia de la creación de acuerdo a un diseño común. Ambos lados tienen una interpretación a la mano para la información.


Y en muchos casos, cualquiera de las explicaciones puede parecer funcionar—a primera vista. No obstante, el argumento de los evolucionistas es exitoso si solamente ciertas porciones de la información sobre la homología están presentes. Además, considere esto: Si la similitud prueba un antepasado común, entonces la desigualdad prueba que ningún antepasado común existe. Solamente cuando los evolucionistas se permiten “elegir y escoger” las similitudes que cuadran con la teoría de la evolución (y rechazan las numerosas diferencias) el argumento de la homología puede funcionar. Cuando los evolucionistas presentan todos los factores— incluyendo aquellos que documentan desigualdades—el argumento de la homología falla completamente. Un científico veterinario, R.L. Wysong, proveyó una lista extensa de cada dato, entre los cuales estuvieron los siguientes ejemplos.


1. El ojo del pulpo, el corazón del cerdo, el rostro del perro pekinés, la leche de la burra y el músculo pronador quadratino de la salamandra japonés son muy similares a la estructura análoga del ser humano. ¿Muestran estas similitudes relación evolutiva?


2. El peso del cerebro en proporción al peso del cuerpo es mayor en el mono enano de Sur América, llamado leoncito, que en el hombre. Ya que esta proporción es usada para demostrar la relación entre los primates y el hombre, por consiguiente, ¿es el leoncito más evolucionado que el hombre?



3. Los nódulos de las raíces de ciertas plantas leguminosas y los crustáceos, Daphnia, contienen hemoglobina, el pigmento de la sangre encontrado en el hombre. ¿Están estos organismos cercanamente relacionados con el hombre?


Tales evidencias han causado que los evolucionistas busquen la manera de rescatar el argumento de la homología. Por consiguiente, han vuelto a los estudios moleculares para establecer un antepasado común basado en la homología. No obstante, los estudios moleculares en los pasados años no han producido mejores resultados. Por ejemplo, dentro de las células de los organismos vivos se encuentran los cromosomas que portan los genes responsables para la composición del organismo genético. Si ha habido una evolución gradual de lo simple a lo complejo, entonces el sistema evolutivo predeciría también que habría allí un incremento en el número y calidad de los cromosomas ya que uno sube en la escala evolutiva. Pero, en nuestros días de tecnología molecular avanzada, la predicción evolutiva ha caído en tiempos difíciles. Note el gráfico e la siguiente página, el cual compara el número de cromosomas actuales de varios organismos con la predicción evolutiva. El número de cromosomas no “calza” con lo que ha sido predicho basado en la teoría de la evolución, ya que una de las predicciones de la teoría es la complejidad incrementada (y que con más seguridad incluiría los cromosomas, ya que éstos son los portadores del material genético).


PREDICCIÓN FACTORES


Simple a lo Complejo

Número de Cromosomas

Hombre

Helecho—512

Perro

Cangrejo de río—200

Murciélago

Perro—78

Gaviota Arenque

Gaviota Arenque—68

Reptiles

Reptiles—48

Helecho

Hombre—46

Cangrejo de río

Murciélago—32


Simplemente los hechos no están de acuerdo con las predicciones. Los evolucionistas sugieren que mientras se asciende el “árbol de la vida”, los organismos deberían llegar a estar cada vez más separados por las diferencias en bioquímica desde el organismo más “temprano” y el más “primitivo”.De hecho, ninguna tendencia evolutiva puede ser observada en el dato bioquímico—a lo menos ninguna que pueda ser defendida. No hay progresión de un grupo a otro que mostraría alguna clase de secuencia evolutiva.

CONCLUSION

Los factores, tales como aquellos presentados en esta lección y en la anterior, podrían ser multiplicados muchas veces. Sin embargo, el punto es que los creacionistas tienen a su disposición un arsenal impresionante de evidencia para confirmar la conclusión de que la creación calza los factores científicos disponibles mejor que la evolución.


Los científicos creacionistas sugieren que, excluyendo el uso de la Biblia o cualquier otra literatura religiosa, la evidencia científica a favor de la creación y la evolución sea presentada meticulosa y justamente. Los estudiantes, después de examinar toda información y considerar cada alternativa, pueden pesar las implicaciones y consecuencias de las dos posiciones y decidir por sí mismos cuál es creíble y razonable.


Eso es educación buena y ciencia buena—en la tradición más excelente de la libertad académica. Aun Charles Darwin, en su “Introducción” a El Origen de las Especies en 1859, declaró:


Estoy muy conciente que apenas un punto sencillo es tratado en este volumen en el cual los factores aducidos a menudo pueden ser aparentemente guiados a conclusiones directamente opuestas que a aquellas a las cuales he llegado. Un resultado justo puede obtenerse solamente por declarar y balancear completamente los factores y argumentos de ambos lados de cada cuestión. No obstante, muchos evolucionistas buscan cubrir todo reto de dentro o fuera del sistema científico o educacional, disimulando las falacias y debilidades de la evolución y oponiéndose inflexiblemente a la escucha del hecho científico para la creación. ¿Por qué es así? Pueden existir dos posibilidades. Primero, puede ser que los evolucionistas consideren a las personas como demasiado ignorantes, o demasiado analfabetas, para ser expuestas a estas ideas competentes de los orígenes. Por consiguiente, éstas deben ser “protegidas” y cuidadosamente adoctrinadas en ideas “correctas” por aquellos que se consideran a sí mismos como la elite intelectual—los únicos poseedores de la verdad. Segundo, habiendo construido cuidadosamente y deliberadamente esta frágil torre de hipótesis fundada sobre hipótesis, puede ser que los evolucionistas están conscientes del hecho de que la evolución se desenvolvería gravemente si es expuesta a un desafío abierto y determinado, y si esto es hecho, la gente aceptará la creación como el más lógico de los dos conceptos de los orígenes.


A pesar de todo, es apremiante que toda la evidencia sea presentada para que así estas dos alternativas del concepto de los orígenes—la creación y la evolución—puedan libremente competir en el mercado de ideas.

Publicado por Apologetics Press, Inc. Ordenadas de nuestras oficinas en: 230 Landmark Drive, Montgomery, Alabama 36117, USA, 334/272-8558. Si desea tener la porción del texto de la lección corregida, regréselo a la iglesia o individuo quien le proveyó la lección.

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